Invito a hacerse un Dios para sí
mismos.
Que cada uno sea su Dios propio.
Que no haya Dios verdadero más
que sí mismo y no haya ídolos de por medio, pero que exista el respeto y tolerancia hacia otros Dioses y credos porque, aunque sean falsos, debe haber tolerancia de creencias.
Propongo que se programen sus días
de fiesta, que se instauren los sacrificios debidos y los ayunos necesarios. Que cada
uno tenga su música ceremonial y su forma de rito, y que libro sagrado y de leyes sean escogidos.
Recomiendo que crees tu propio
templo, tu lugar en el mundo en el que solo exista espacio para ti, el lugar en
el cual no se permita otra ideología y que reine el rey por decreto divino.
Sugiero también que sus creencias
evolucionen así como evolucionan los tiempos. Que lo que no haya servido en los
primeros días cambie para mejorar y adaptarse a las circunstancias, porque lo
que no se adapta perece y se corre el riesgo de cambiar a otros Dioses.
Deseo que se encomienden a su
divinidad. Que entreguen su vida a él y que no se pierdan en el camino. Que lo
amen y lo adoren, que sigan con él para el resto de sus vidas.
Les amo a todos, pero no les
adoro.
Un saludo.
Un saludo.