27 dic 2013

Eres un antes y un después.

Eres el descubrimiento del fuego.
La potencia del vapor.
El poder "devastador" del átomo.
El descubrimiento del ADN.

Lo cambiaste todo.

La persona correcta en el momento adecuado,
un acorde encajando armonioso en la sinfonía última que es la vida.

Solo hubiese deseado haber sido tan perfecto como tú lo fuiste para mí.

Me enseñaste a entregarme totalmente,
y así me perdí en ti,
para quizás jamás volverme a encontrar,
o al menos no en un buen tiempo,
o al menos no totalmente,
o al menos no al mismo que entró en tus paisajes infinitos.

Bosques oscuros de cabelleras largas,
playas con corales simétricos,
desiertos de suaves y blancas arenas.

Cualquiera sea el caso, aquí tienes a tu mas humilde servidor.

Te deseo lo mejor, porque tú hiciste, y haces, dar de mí lo mejor.


9 dic 2013

Uno para obtenerlos a todos

Me compré un anillo hace un par de meses y desde entonces toda vez que tengo oportunidad, lo llevo puesto.

Recuerdo que en preparatoria usaba un par en mi mano derecha y siempre los llevaba conmigo a todas partes, hasta que un día, al pasar la noche en casa de un amigo, los dejé ahí, los olvidé y ya no los volví a ver jamás.

Desde entonces no había vuelto a usar anillos, y un día, caminando, vi un lugar donde mostraban de diferentes tallas y de diseños sencillos. El precio era barato -Son de aluminio, ligeros.-dijo el hombre, así que decidí comprarlo.

En ese instante sabía que necesitaba un símbolo para tener siempre en mente algo, pero no sabía que era ese algo que quería siempre tener en mente y tampoco sabía cómo recordarlo, así que el primer paso para tener ese algo que nunca olvidar fue comprar el anillo. Ya resolvería qué sería todo eso sobre la marcha.

Llevándolo algo brillante en la mano, de repente de un día para otro, la gente preguntaba cosas:
A- ¡Hey! No sabía que te habías casado.
S- No, los anillos de matrimonio se llevan puestos en la otra mano y van en el dedo...-respondieron por mí, aunque mejor de lo que pude haber respondido.

R- Está bueno el anilllo, ¿cuánto costó?
MJ- Pues... estuvo barato, es plata.
R-Si, supongo que el aluminio no brillaría tanto.

P-¿Si sabes lo que significa el anillo?
MJ- Uhm, pues... ¿tú llevas uno también no?
P- Bueno, al menos el mío es un voto, una promesa para llegar puro al matrimonio. No envolverme en prácticas que no deseo.
MJ- Entiendo.
P- Entonces, ¿qué significa el tuyo?

¿Y qué podría significar?

Como vídeo jugador que soy, sé que hay artefactos, "items", los cuales aumentan las características de los personaje, brindan alguna habilidad nueva o perfeccionan alguna técnica especial y, quizás este anillo, hace alguna de esas cosas, o todas al mismo tiempo.

Hay días en los que despierto y apenas me he puedo levantar.
+3 Str, +6 Agi.

Otros días no puedo concentrarme, la ansiedad me ataca y no puedo tomar alguna simple decisión.
+10 Int.

Algunos otros, siento que necesito desenvolvimiento.
+8 Charm, +3 Dex.

En situaciones me ha enseñado.
+You learned "HyperVoice".

En otras detenido.
+You learned "Calm mind".

Y eso puede ser el anillo para mí y más.

Ha sido para recordar, pero no recuerdo qué.
Ha sido para obtener fuerza, pero también para pensar.
Ha sido para actuar, pero también para contemplar.
Cuando lo compré era de aluminio, pero ya ha sido de plata también.

3 dic 2013

Para llegar al otro lado.

No recuerdo que haya sido así de frío en años.
Los árboles apenas y han podido mudar sus hojas.

Tampoco recuerdo que el sol bajara tan pronto.
Lo sé porque cada día mi sombra crece más de la cuenta.

Mi sombra se proyecta cual obelisco frente a mí,
y el sol sigue su camino, ya me ha sobrepasado en longitud.
La observo asombrado mientras las demas,
las propias de las cosas a mi alrededor también crecen.
El sol sigue su camino, y estas se han terminado por fundir entre sí.
Se ha vuelto de noche.

Cada día se ha repetido el mismo ritual,
veo la sombra llegar a niveles insostenibles,
y los días dejan pasar a las noches,
y en estas noches, he quemado tus recuerdos.

Un día quemé palabras de aliento,
la semana anterior fueron besos,
quizás hoy sean abrazos
y mañana podrían serán tus caricias.

Les he quemado no para convertirles en cenizas,
terminen reducidos a polvo y sean llevados por el viento.

No para ver los colores en esas imágenes palidecer hasta carbonizarse
para nunca jamás volver a ser los mismos.

Les he quemado porque son los que arden mejor.

Les quemo porque puedo llegar al la noche del día siguiente
y volver quemar esas mismas historias.

Porque son estas lo único que me puede mantener cálido.
Porque son el único combustible que me queda.
Porque son lo único que me hará pasar diciembre.

Ya no se distinguen las sombras.
Ha llegado la noche otra vez y,
en esta en particular, duele.
Están las llamas listas y mi mano se ha detenido.

Veo la foto suspendida sobre las brazas,
y me enorgullece sentirme así,
que estuviste ahí,
que me duela de esta manera,
porque mientras me sienta así, se que fue real,
las palabras, los gestos y los sentimientos.

Esta noche me enorgullece que me duelas de esta manera.

Dejaré de quemar tus recuerdos
y permitiré que me abrace el frío,
que llegue a lo más profundo,
que toque hasta la médula
y que me rompa los huesos.

Esta noche no arderán recuerdos, 
en cambio, se congelarán momentos.


Momentos que no llegarán a diciembre.

19 nov 2013

La fábula del hombre y la montaña

Hoy no me siento bien.
Han sido meses de no sentirse bien.
Quiero sentirme bien.

Había una vez, un hombre de un pequeño pueblo de un valle perdido entre montañas, que todos los días de su vida se había dedicado a construir un montículo sobre la ladera de una montaña. Lo hacía porque veía a la montaña muy sola y sencilla, sin nada más que la caracterizara. Era una montaña más para sus ojos, como todas las demás montañas que se encontraban a su alrededor, así como las podía haber más en el mundo, con árboles, cuevas, animales y nieve en su pico, y no lo dejó de ser, de esta manera, hasta que aquél hombre decidió por iniciar a construir su montículo.

El hombre inició con pequeños guijarros grises que veía de alrededores que lucían diferentes a las piedras comunes de su alrededor, y habiéndose acabado estos, tomó rocas porosas comunes y lajas, los cuales unía con tierra los unos a los otros. Cada día de labor, le dejaba cortes en las manos, dolores en la espalda, y la ida y el regreso le gastaban los pies y el calzado.

Con el tiempo y al hacer memoria, el hombre vio que el montículo seguía ahí, con todos esos meses de construcción, a pesar de su tamaño y a pesar de las inclemencias del tiempo. Los vientos que lo azotaban en primavera, las lluvias torrenciales de otoño o los incendios veraniegos que lo devoraban. Pero aquél cerro sobre aquél otro cerro se mantenía ahí, inmóvil. Y por ello, aquella montaña se mantenía diferente a las demás.

El hombre pues, viendo esto, sintió orgullo, y se hizo de una casa a las faldas de la montaña; así podría levantarse cada día y podría virar la mirada para mirar su creación en su desarrollo sin fin. Se enorgullecía todos los días al ver al montículo, creciendo como el retoño de un árbol al lado empinado del otro.

Con el pasar de las temporadas y, llegando su obra a un tamaño considerable, la gente le preguntaba del porqué poner tanto esfuerzo y horas en un montículo, ubicado dentro del plano más inclinado, en lo más alto de una montaña, sin ningún propósito aparente. A lo que el hombre respondía:
- Porque puedo, me ha funcionado, ha resistido, y quiero ver que tanto puede llegar a resistir.

Así, y con esa extraña obstinación dentro de él, con su mente solo concentrada en llegar más lejos, un día simplemente dejó el montículo.

Se dio cuenta que, durante el tiempo que había invertido construyendo el montículo, había conseguido una casa, un patrimonio, amistades y demás necesidades, y el montículo ya no tenía porqué ser el motor de su día a día.

Miró a su obra. Suspiró orgulloso por una última vez frente a su montaña sobre su otra montaña, y dio la media vuelta, acto seguido del ventarrón más grande que jamás había ocurrido en la historia de aquél pueblo.

Aquél montículo vino abajo, por el plano más inclinado, desde el punto más alto de la montaña.

17 ago 2013

La caja loca II

Había sido el día más caluroso en meses...
Había sido el día más caluroso en años...
Había sido el día más caluroso desde los momentos del génesis mismo del Universo...

Estaba harto, pero justamente era mi culpa, había aplazado todas las cosas por hacer hasta que no se pudo más. Pagos de recibos, trabajos qué entregar y las limpiezas y mantenimiento de las cosas en casa.

Fue entonces que Dios pensó que sería gracioso agregarle algo más de tensión al día al convertir la ciudad entera en una olla de presión. Y dio en el blanco...

Fue una de las tardes más largas en la historia de mi vida, que había sido precedida por una de las mañanas más pesadas de mi vida que pasaron después de uno de las peores noches de sueño de mi vida.

Pero todo eso ya había acabado. Estaba enfrente de mi televisión, hipnotizado y sentía que todo me lo merecía. El aparato de aire enfriando la habitación, los baños relucientes con cañerías sin obstrucciones y la regadera impecable, los platos en la cocina limpios, los filtros de la máquina de agua y la impresora funcionando, y cada pago de servicios hecho y con cada uno de sus recibos sellados y guardados.

La combinación del sonido del clima y la pantalla de inicio del DVD era relajante, la antítesis del barullo de la gente en el banco con fondos de vídeos sobre como mejorar tu AFORE.

- Ya sé que lo mejorará, -dije para mis adentros-.
Así que en la ropa mas cómoda que pude encontrar salí a la tienda de conveniencia a comprar unos Chicharrones de harina, cacahuates y Dr. Pepper. 

La comodidad de mi guarida me había hecho por unos instantes olvidar la muerte que era caminar por las irradiantes calles de la ciudad, pero ya había pasado todo el inicio del día en ellas y solo una vuelta a la tienda me separaba de la abstracción total del resto del mundo.

Estaba todo lo que necesitaba y más, agregué a mis bolsas dulces confitados de chocolate, de tamarindo y demás chatarra de colores brillantes.

Salí de la tienda y noté un señor pidiendo dinero justo a lado, recargado en su costado a un bote de basura. Me pregunté como en un inicio no lo había notado si lo cubría un aura de olor muy fuerte y en el suelo a su alrededor había un par de cartones que lo alejaban apenas del suelo en llamas.

Seguí un poco la imagen con la mirada mientras él seguía mi camino con el brazo extendido con la mano abierta. Los dulces extra habían consumido todo mi cambio así que no tenía nada para él más que unos cuantos centavos en esas grises monedas chiquitas que nadie quiere.

Así que como pude acerqué mi mano a la bolsa, malabareando las bolsas una a otra y con dificultad alcancé un par de ellas pero las tuve que soltar de inmediato... así como a las bolsas... y el resto de mis cosas que en un instante ya estaban en el suelo.

¡SCREEECH!

Al observar al hombre no me había percatado que ya estaba en los cajones de estacionamiento, lo cual no hubiese sido tanto problema si el hombre que se iba a estacionar no hubiese estado llamando por teléfono. Cosa que no había notado hasta después que lo volteé a mirar.

Había estado muy cerca de ser arrollado.

En el inicio, mi atención solo se centró en las cosas que yacían en el suelo. Los dulces abiertos y derritiéndose entre las llantas y el suelo, la soda agitada y rodando hacia la calle y mis Sabritones ya eran solo harina, grasas y chile en polvo.

Hubo un silencio.

- ¡AYÚDEME CON MIS COSAS INMUNDO, QUE POR ANDAR DE CARA NOBLE CON USTED TODO SE ME FUE AL AVERNO! ¡Gánese las monedas!

Y al terminar esas palabras sentí un gran peso encima. La gente dentro del "Seven" me miraba, clientes y empleados, el sujeto en el carro y la gente pasando. Volví el rostro y de las ropas andrajosas del vago salían muñones de lo que alguna vez fueron dos piernas y un brazo. Se estaba arrastrando y ya tenía un par de bolsas en su única mano.

...y que me fui hecho la verga.

***

Ella estaba estudiando enfermería cuando la conocí y hasta donde creía saber ya estaba graduada y trabajando.

Tenía mucho tiempo sin visitar al pueblo, y ya estando allí quería de algún u otro modo visitarle para ver como le había estado yendo. Siendo una madre soltera siempre la tuvo más difícil y tenía que tomar decisiones para dos y no para ella misma. Así que le hablé un poco y ya teníamos fecha y lugar para visitarla.

Le dije que tenía ganas de verla y ella me dijo que podía visitarle al trabajo a lo cual accedí.

Llegué a un edificio entre las calles del centro de la ciudad, estaba algo escondido entre locales de comida y casonas antiguas donde aún vivía gente. Me imaginé que estaba ejerciendo para cuidar a algún anciano de por ahí.

Toqué a la puerta y me atendió una voz grave y profunda, pero lo desconcertante es que era una voz de mujer. Así que me imaginé que estaba en lo correcto. Le mencioné su nombre y pregunté que si ahí era donde trabajaba a lo cual respondió abriéndome la puerta.

Era una mujer de un traje de lentejuelas que no brillaban en lo absoluto por la oscuridad y profundidad en la recepción. Me registró con la mirada de arriba abajo, a lo cual le dije que era un conocido de ella. Me respondió que se encontraba ahora mismo desocupada y que se encontraba en el segundo piso, en el tercer cuarto a la derecha al subir las escaleras. Al decir ello me di cuenta de las verdaderas proporciones de la casa, -Esta mujer debe ser una viuda rica, eso explica la casa, el traje excéntrico y el cabello azul-.

Crucé la recepción atravesando la gran alfombra de estampados de temas orientales y subí las escaleras. A mi lado bajó un tipo también de alrededor la misma edad de la señora, iba de la mano de una mujer hermosa envuelta en un traje de enfermera, él iba jadeando su paso escalón por escalón y la mujer solo parecía mirar hacia abajo,parecía escoltarle a algún lugar.

No les presté la mayor atención y conté las puertas hasta llegar a la tercera, a la derecha de las escaleras, y toqué en la puerta. Ella abrió inmediatamente, había llegado a la hora acordada.

- Hola H, ¿cómo estás?- Le sonreí y le abracé fuertemente.
- Hola M, bien, bien, adelante, pasa.

Observé el cuarto, que mantenía la oscuridad y profundidad que el de la recepción. La casa parecía estar atrapada entera en algún momento de hace 40 años. Las cortinas, el mueble de la cama y el pequeño librero casi vacío. Seguí observando la habitación, extrañado por la sensación que daba en mí hasta que me interrumpió la voz de H.

- Entonces, ¿comenzamos ya? ¿O quieres hablar un poco?
- Disculp...
Se estaba desvistiendo. Podía ya ver los tirantes de su bra y las mallas blancas que cubrían sus piernas aparecían conforme se quitaba su traje en dos piezas de enfermera.

- No íbamos a hacerlo... ?
Entonces me di cuenta de todo, la anciana, el viejo, los trajes de enfermera y en la pared resaltaron las esposas y látigos... 

...y que me fui hecho la verga.

27 jun 2013

I met a man who wasn't there.

Todos los días de los últimos dos meses me he estado levantando muy temprano solo, sin alarma o llamadas de alguien.

De vez en cuando puedo volver a dormir después de ello, y cuando es así, llego a despegarme de la cama ya hasta las 11 de la mañana.

Aún recuerdo esos últimos meses de preparatoria en la que se veía tan lejana esa posibilidad. Lo que nos separaban eran días, supongo que era un estado de negación, y eme aquí a los 3 años de ello. Ya se cumplirán el próximo mes 3 años de vivir en esta ciudad, y mi mundo solo se ha reducido a un cuadro de 2 por 2 metros de existencia.

Siempre me le he negado a la ciudad. A sus pasillos, calles, gente y valores. He leído que alguna vez fue un lugar tranquilo y próspero para vivir, pero también sé que el espíritu emprendedor fue el mismo que la llevó al salvaje crecimiento de lo que es ahora. Era inevitable, al parecer.

No es que se hayan hecho las cosas mal en algún punto, fueron los cimientos. Y al tomar el metro de camino a casa, el autobús, es fácil recordar eso. Con algún giro o avance en su ruta se pueden ver por detrás de grandes empresas y almacenes, casas de madera, lotes baldíos y ruinas con letreros de "Se renta".

No hay culpables cuando todos estaban tratando de pujar para su lado, se le llama sobrevivencia y ese es el nombre del juego.

Y sin embargo ellos han crecido así y aquí, y para ellos es más que normal. Tienen amigos, familia e historia en este lugar, y sus raíces no son las mismas que las de la ciudad, pero lo importante aquí es que esas raíces no se entre cruzan con las mías. He visto sus frutos, más no he podido ver como fue su florescencia.

He llegado tarde al juego y desde otra liga de más allá.

Y sin embargo en el lugar en donde yo solía jugar, nadie presionó el botón de pausa, y las rondas han seguido su curso mientras yo he estado lejos.

Allá solo hay raíces que ya no llevan a ningún árbol. Aquí solo hay frutos que no llevan a ningún raíz.

En un mes se cumplen 3 años de vivir en un lugar de donde no soy y de no vivir en un lugar al que ya no pertenezco.



***Post número 100 de El Principio de Incertidumbre***

25 mar 2013

Siendo loco...

O "Las locas locuras de Loco McLocuaz"

Recientemente, me he estado topando mucho con la palabra "loco".

Esto ha venido mucho a colación por el proyecto/campaña publicitaria "Volvámonos locos" de la empresa Coca-Cola, pero eso es simplemente una campaña en favor de buenas acciones diarias, así como solo un sitio y una aplicación para smartphones, en lugar de una invitación hacia la anarquía y expresión última y máxima de nuestras libertades cómo individuos únicos dentro de un país independiente.

Por algún tiempo loco parecía ser una persona la cual era el alma de la fiesta, que mantenía a la gente riendo y no temía llegar a hacer el ridículo para poder hacer sentir todos mejor. Pero al mismo tiempo loco era esa persona que estaba sola la mayoría del tiempo, no hablaba con muchos y los únicos temas con los cuáles se podía hablar con él eran cosas sobre vídeo juegos o de series poco conocidas.

loco. adj.
- Que ha perdido la razón.
- De poco juicio, disparatado e imprudente. 
Diccionario de la Real Academia Española

Recuerdo haber escuchado cosas así cómo:
- Está bien loco, por eso lo amo.

Recuerdo muchas personas declarándose así mismas como personas locas y de actitud "random" pero al final del día lo único que recuerdo de ellas es que hablaban muy fuerte chistes verdes.

Una vez, una chica dentro de las áreas deportivas de la Universidad, fue acosada por su novio, el cual iba a pasar de las gradas, a las pistas de carreras. Después del incidente, más tarde dentro de ese día dijo:
- Suelo atraer a los locos.

Una vez platicando con una pequeña salió:
- Para mí significa ser diferente... o estar rodeada de gente muy normal.

Pero para esto debes de tener relativamente claro qué es normal y qué es ser diferente. Y todo esto se puede complicar cuando la gente suele usar indistintamente la palabra raro y loco.

Y es en estos días de alta comunicación y conexión a internet y redes sociales, que el uso de estos términos ha explotado exponencialmente en razón que lo hace la exposición a estas, con frases como "Tal persona es un loquillo", usado en un buen y mal sentido, y esa sensación que hace llevar a las personas jóvenes a revelar que nunca han sido normales y decir que se enorgullecen de su rareza, que ahora también parece significar que son especiales, así cómo que son geniales, al tiempo que están compartiendo una foto o vídeo de humores ácidos o de complicada abstracción.

Por ahora, solo trato de no enojarme con esa palabra y su uso, y no tomarme tan personalmente ese tipo de detalles. Es decir, solo es una palabra más y somos nosotros los que les damos el significado, las connotaciones, los momentos en cuáles usarla y cómo reaccionar ante ella.

Recuerdo una vez en mis meses iniciales de preparatoria, voltear a un pequeño grupo de gente, escuchando los últimos éxitos del aquél entonces artista nuevo mientras me acercaba a la puerta del laboratorio.
-Solo unos pequeños cambios en mi vida y hubiese terminado igual que ellos- me dije para mi mismo.
-Mira el pinche loco hablando solo.

La verdad es que en esos momentos me estaba extrañando más el hecho de que me había visto más a que haya dicho así.

18 mar 2013

Estar en una relación

Yo nunca había tenido antes una relación larga.

Hasta antes estar con una persona más de 3 meses parecía una idea descabellada al menos para mí. No por decir que siempre estaría solo o que soy incapaz de mantener una relación pero el punto era este:
La mayoría de la gente con la que estaba rodeado ya había tenido relaciones largas y duraderas o las estaban teniendo en el momento aún con el hecho de que todos compartíamos alrededor de la misma edad.

Aún sin embargo, parecía que sus vidas seguían de igual manera que la mía. Ambos comían, salían con sus amigos y estábamos haciendo las mismas tareas que todos.

Ya después de 1 año o más de ser las mismas personas y estar a lado de la misma persona, me preguntaba de qué rayos hallaban para platicar o para sorprenderse entre sí. Qué se llegaba a hacer cuando no se estaba en el cine, en una fiesta o en la casa de una tía que habían dejado sola durante el fin de semana.

Es decir, en una relación que inició en la escuela secundaria, y siguió hasta la preparatoria ahí son al menos 2  años creciendo juntos.

Al principio uno suele pensar que lógicamente todos crecemos igual, aprendiendo al mismo ritmo y conforme las cosas van llegando... pero sabes que la realidad es diferente en el momento en que para el segundo año un par de compañeros desaparecieron ya porque el chico tenía qué iniciar a trabajar para poder comenzar a pagar los gastos de su ahora abultada esposa.

Los chicos cuyas novias jugaban vídeo juegos parecían tenerlo sencillo.
Las parejas cuyos padres eran bastante liberales con ellos parecían tenerlo fácil.
Los chicos con dinero parecían hacerlo tan distante.
Y los chicos andróginos o irrazonablemente musculosos parecían hacerlo imposible.

A pesar de ello, tuve mis parejas o citas aquí y allá. Y de mis experiencias obtenidas y vistas puedo rescatar que no parece haber una fórmula para tener una relación o mantenerla... es algo que simplemente se da y ya.

Una relación es el resultado de la probabilidad estadística de la permutación de personas presentes, por la probabilidad de sus presentes en la multitud de sus pasados.

Lo que si puedo decir que al menos ha funcionado para mí, es una actitud de total miedo y  paranoia, en que cualquier paso que puedes dar es un botón para el desastre o un regreso a la casilla de inicio.

Si bien algunos pueden mirar esta visión como obsesiva o altamente dependiente y vacía, siempre preferiré estar así por sobre estar con una pareja por un par de años llenos de parches de meses de maldecirse el uno al otro.

De cualquier manera en la que esté nuestra relación y de todo lo que haya aprendido o no de este tipo de detalles, siempre me estaré preguntado de todos modos, ¿qué diablos hemos estado hablando ella y yo estos meses?