31 dic 2017

Aprender a ver

Te enseñé mis carencias, mis debilidades,
lo peor de mí para alejarte.

Quisiera me prestaras tus ojos,
que los míos ya están gastados de tanto llorar.

Quisiera poder sentir lo que tu ve mirada
describir lo que tu mente siente
porque el espejo no me dice nada.

No veo futuro, no pasado y los presentes son borrosos.
Eterna incertidumbre que no parece parar.

Quisiera poder tener por un día tu vista prestada
para poder saber que hay en tu mente
y dar de la mía una vergonzosa escapada.

Porque te enseñé mis carencias, y las obviaste; mis debilidades,
aceptaste. A pesar de ello decidiste quedarte.

... Gracias

20 sept 2017

Marcus J.K. "Desentendido y Desatendido" en vivo, desde El Botanero de Tartán

Hola, hola.

Gracias. Gracias. Es un gusto estar aquí. Bendito Dios que estoy aquí. Gracias a Dios... que estamos aquí. Han sido tiempos difíciles, lo sé. Con todo este caos, en el país, en el mundo. Hombre. Son tiempos difíciles. Pero gracias por estar aquí. Por darte un tiempo para reír.

Porque la vida es corta. Y ustedes y yo lo sabemos. En cualquier momento podríamos morir. Una bomba nuclear. Desastre natural. Quién sabe. Tal vez mientras hablamos el primer sismo de alto nivel  en la historia inicia en un área registrada categóricamente como de nula actividad sísmica. 

Quién sabe. Quizás podría ser hoy el día que morirás. Pero quizás y si nos toma de sorpresa en esta hora, solo quizás, morirás con una sonrisa. Iremos... memeando nuestro camino hasta el olvido. Y suena oscuro, ¿no? Poniéndolo en ese contexto. Pero la verdad es que estamos tan acostumbrados a vivir al riesgo de la muerte. Todos los días. A cada momento. Cuantas personas no vemos a diario manejando y con el celular en mano. Poniendo en riesgo... Dios sabe cuantas vidas en el proceso.

- Jeje, notificación OH DIOS MÍO, DÍOS.
SHHHIUMM, CRUSH GRRR. Crash...
Y en el otro extremo.
- Hey, mira, Chuy me comentó en la foto... qué interesante.


Pero hombre, es difícil. Cada día es difícil. Sobre todo para nosotros cuya fe es... por no decir, nula, pero ciertamente la tenemos cuestionada, en tela de juicio. Porque para los hombres de fe es sencillo. Hay un inicio, e inevitablemente habrá un final. Ellos ya lo tienen contemplado. Está en su plan de vida. Los tiempos finales ya vienen. Ok, entonces, mátate... es decir, ¿por qué no? No te veo matándote. Acelerando el proceso del plan perfecto... de tu creador todopoderoso vio desde un inicio. Bueno, a algunos islamistas, si, pero ustedes entienden el punto.

Tienes el control completo de tu destino, de tu vida. De cada aspecto de tu existencia, qué haces, qué no haces, y, hasta cierto punto, dónde y cuándo cagar, ¿por qué entonces es tabú... la idea de que podamos tener el control sobre la manera en cómo queremos morir siempre y cuando no afecte a los demás? Prefiero salir con dignidad. Yo no elegí como entré a este lugar. A mí solo me empujaron a escena.
- Eh, we, tú sigues.
- ¿Quién? ¡¿YO?! Viste como está afuera.... AFUERA ESTÁ ENLOQUECIENDO. 
Si no pude controlar el hecho de que entré al escenario en las peores condiciones. El asiento trasero de un taxi, el patio de mi abuela... el IMSS. Y eso es solo hablando del momento en que naces, ya ni hablemos entonces del lugar. Algunos bebés, nacen... en algún lugar fantástico de primer mundo, en lo que llaman las cunas de oro... mientras tanto otros niños solo nacen y es como:
- Hey, ¿qué onda... ? ¿Qué? ¿Qué no hay comida? Oh, bueno.
Y está hecho. Muertos.  Supongo que lo intentaré luego... después.
¿Por qué no me permiten al menos salirme bajo mis propios términos?

Creo que por eso es tan atractiva la idea de la reencarnación. Es como entrar en una rifa por el solo hecho de existir. Con solo ser ya eres parte de la tómbola de la vida. Hoy una mariposa... mañana un imponente tigre de Bengala. Pasado un refugiado nadando el mediterráneo... tratando de escapar de esos países infernales. La reencarnación es como la rifa entre empleados... en Navidad, si no tienes un empleo de mierda, claro. De esas rifas en las que al menos todos... los que no sacaron una pantalla plana, al menos se fueron con su caja de 3 Ferreros-Rosher con moño.
- Feliz Navidad... ahora ve y saca esas copias, puta.
- Osh, pero el siguiente año... me sacaré la pantalla plana. 
Creo que por eso es tan atractiva la idea de la reencarnación.

Saben. Y todo eso es difícil. Es porque es difícil decir adiós, es realmente difícil. El hombre solo está diseñado para obtener cosas nuevas. Eso es lo que empuja a todo ser vivo, a obtener más. Para el hombre de las cavernas era una imposibilidad perder las cosas. Vivía muy poco.
- Uhm. Carne. Rico.
- Quiero. Dame.
- No.
PUM. Muerto.
En promedio seguro vivíamos menos que las cosas que se supone que atesorábamos. El árbol que nos daba sus frutos, nuestro propio ganado, el pasto del cual obtenemos su grano. No podemos, estamos imposibilitados por diseño... a no poder dejar las cosas ir. Hoy en día edificios se crean y se destruyen, y eso sucede durante nuestro propio ciclo de vida y no podemos dejar de ser unos maricones al respecto.
- Mira, esa es la escuela en la que yo estaba. El salón del segundo año, el grupo "C". Y, y, y, ya no está.
A NADIE PUTAS LE IMPORTA.
Nadie... en la perra vida... le importa donde cursaste un bimestre de tu secundaria, en aquél ejido perdido en la nada. Pero es normal. Es común. Todos lo vivimos. Es difícil dejar las cosas ir. Yo no puedo salir de mi casa sin mirar en el retrovisor el semblante bizco y perdido de mi perro a la distancia... sin soltar una lágrima.
- Pronto. Pronto mi bebé. Papá regresará. Solo se fuerte.

Por eso siempre queremos dejar esa responsabilidad a alguien más. Somos débiles.
- Primeramente Dios.
- Si Dios nos presta licencia.
- Esperar qué dice el médico.
- A ver que dice el juez.
Hace ya mucho tiempo, yo si tuve la suerte, además de tener el playset completo, padre, madre y hermanos, tenía mis abuelos, el juego íntegro. Maternos, paternos. Pero tenía un bonus, algo extra que nadie más parecía tener en todo el rancho. Tenía al menos 2 de mis bisabuelas. Y los niños del patio de la escuela:
- ¿Qué hiciste en el verano?
- Vi a mi bisabuela en el rancho.
- ¿Qué es una bisabuela?
- Es lo que aún tienes cuando los abuelos de tus papás no fumaban Raleigh quitándole el filtro.
Y los niños:
- Wow.
Maravillados. Una cosa de otro mundo.
- Si, me enseñó a matar pollos. Al parecer los agarras como matracas desde el cuello, les das vuelta, los sueltas y eventualmente se agotan hasta que mueren.
Pero volviendo. Al despedirme de mi bisabuela, ella siempre decía. Se terminaba el verano y teníamos que regresar a casa:
- Bueno, adiós abuela, te quiero.
- También te quiero. 
- Si, nos vemos.
- Primeramente Dios.
¿Cómo qué primeramente Dios? Abuela, cállate, ¿cómo Dios no va a querer? ¿Es decir que Dios por mero capricho y basado en ninguna especie de reacción pecado-consecuencia puede arrebatarte de nuestras vidas? Dios va a querer. Debe querer. Como Dios, todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, dador y tomador de vida, señor, oh, todo misericordioso... va a querer quitarme... a mi abuela, ¿qué hay qué ganar? Solo tenía 8 años, no hay nada que demostrar, Dios. Solo sigue apareciendo regalos debajo del árbol cada Navidad y yo seré un buen chico y me confesaré. Es más... me masturbaré menos. Porque también hay que mantenernos honestos, después de todo es Dios, todo lo ve.. Lo único que tenías que hacer era enseñarme un fantasma o hacer que viera una luz en la noche y de la nada. No quitarme a una abuela solo porque si.

Primeramente Dios. Así es como nos enseña la vida, por medio de nuestros padres de manera muy sutil a que no estamos en control de nada sobre nuestras vidas. Donde nacemos. Qué clima hará. Qué clase de gente nos rodeará el día de hoy. Tendrán desodorante. No tendrán desodorante. Pedirán dinero en el crucero o solo una cooperación para la casa hogar de niños huérfanos.

La vida está tan más allá de nuestro control que tuvimos que comenzar a inventar cosas.. para darnos importancia dentro del gran esquema de la existencia. Aparecimos y lo primero que pasó fue:
- Eh, ¿qué es eso?
- Ah, es... eso es el sol.
- Oye, ¿sale siempre?
- Si, lo llamamos... día. Claro. Cada día.
- Pero, ¿y si no está?
- Bueno, es que es... cuando es... pues de noche.
- No, pero... a veces, como que debería estar... pero a veces como que no. Y como que me confundo un poco.
- Ah, eso es un eclipse. Si.

Como niños tratando de impresionar a la primera chica que nos habla y que no es para pedirnos una tarea. Solo inventando cosas... conforme nos las encontrábamos. Designándolas. Clasificando, agrupando y acomodando por características comunes, compartidas o que les diferencian, de pronto todo el mundo natural estaba organizado. Y, como ese riguroso sistema de esquematización del mundo natural no existía porque no tenía porqué existir, le tuvimos que sacar un nombre de la nada y a eso le llamamos ciencias. A la naturaleza no le interesa si le llamamos res a la res. Lo único que le interesa es que cumpla su función. Que lleve a cabo su ciclo. Para nosotros una hamburguesa aunque te digan que es de res, y sea de burra, te sabrá a res. Porque así estamos de enajenados con los nombres, tan ensimismados en que todo lo tenemos resuelto, descifrado.

Volviendo al ejemplo de los días. Los días no son nada. Un "día" no tiene significado más allá de "Oh, puta... otro día que llegaré tarde al trabajo". Un día para el Universo no es nada. Lo que es más, la métrica "día" es tan inútil que solo es aplicable para aquí, en la Tierra. Un "día" para el planeta Mercurio dura 58 veces más que lo que conocemos como un "día terrestre". Un "día" para Saturno es la mitad. 0.4 veces un "día" en el planeta Tierra. En consecuencia el tiempo no es nada. Horas, años, segundos, lustros, siglos. No significa nada. El tiempo es solo una forma de medir el lapso entre el "mira lo que acabo de comprar" hacia el inevitable "perra madre, ya no los hacen como antes".

Así es como son las cosas. Entonces, ¿en qué estábamos? El tiempo no es nada. La muerte no la controlamos y como consecuencia menos la vida.

Finalmente quedamos nosotros. El yo. El gran misterio. El hombre.

Esencialmente, al final del día, sea lo que eso sea, los humanos somos seres aburridos. Los humanos somos tan aburridos que tuvimos que inventar cosas... para hacer la vida más complicada. Millones de años, llevan caimanes, cocodrilos y tiburones sin esencialmente ningún cambio estructural. No los veo compadeciéndose de sus víctimas. O preguntándose si se ven bien el día de hoy ¿Qué son esos? ¿Sentimientos? ¿Para que...? Porque... a veces siento bonito, a veces feo. ¿Qué? Solo come y coge! La naturaleza te dice:
- ¡¿Vida?! Pero si no es tan difícil. Te di pene, a ti te di vagina, solo tállense entre ustedes esas cosas como si no hubiera un mañana hasta que salgan niños de la nada, coman y ya... es todo. Es ASÍ de simple. Así es como funciona... la vida, nos grita la naturaleza.

Solo una cosa... solo... solo traten que cuando salga el güerco... no sean infelices... que no les salga en un taxi. Es lo mínimo que les pido.

Gracias público, ¡nos vemos! Son maravillosos...

***

9 sept 2017

Poema a la Oficina de Correos

Espero ya que se mande.
Escribí una carta, espero no tarde
en el servicio que la reparte
a toda persona que se lo pide.

El cartero aunque se empape,
Aunque se pierda,
aunque se cansa,
busca a aquél quien se le envíe.

Su deber está en su alma,
la lleva en su uniforme,
escrita en se mente,
como también en su emblema.

Hoy mando una carta.
Una queja a quien corresponda,
una voz se mantiene sorda
hasta que el cartero termina ronda.

En la ciudad que me da licencia
en carta va mi expreso deseo
que este su servicio de correo
deje de perder toda correspondencia.



25 jun 2017

Orbit City Noir

Archivo de caso: 677825

***
11:48 am, septiembre 23. 1995.
Maquiladora de Engranes.
Descripción narrada de los hechos grabados por el equipo de cámaras de vigilancia de la empresa.

Después de despejarse un poco con una plática amena con la máquina de bebidas en la cafetería, el señor Super regresa a su puesto de trabajo, junto con su compañero de ya casi 15 años de trabajo, RUDI (1) al cual supervisa. CAMBIO DE CÁMARA. Todo parece estar bien, así que se relaja sobre su silla poniendo su taza de café caliente sobre la consola de mando del computador. Con lujo de algarabía, con lo que describiría hasta flagrantes muestras de desdén, Super se tira hacia atrás de su silla y estirándose, tira el café sobre su equipo de trabajo, el cual causa un desajuste en su monitor el cual nota de inmediato. Golpea el botón de apagado al instante, dejando a RUDI inhabilitado.

Consternado pensando en la respuesta de su jefe ante la destrucción de su compañero de trabajo y un posible paro en el proceso de producción de engranes, el señor Sónico busca sus posibilidades para cubrir su fallo (2). Su razonamiento lo lleva a revisar primero si hubo daño alguno en el sistema de ensamblaje, algún cambio. CAMBIO DE CÁMARA. Corre por los pasillos a revisar directamente el área de producción. CAMBIO DE CÁMARA. La línea de ensamblaje se ve intacta. Se nota un rostro de consternación e incredulidad en el señor Sónico. Se parece acercar a sus colegas, humanos y robots, seguramente para revisar si hubo algún inconveniente, recibiendo negativas.

(1) Referential Universal Differential Indexer

(2) Posteriormente a revisar las cintas de vídeo, en una plática con su jefe, recordar como importante una discusión con su jefe anterior a los hechos, en la cual se amenaza con la posibilidad de despido al señor Super. Anotaciones con su familia resultaron en una hija a punto de ir a la Universidad y un niño en un colegio privado. La presión en Sónico no era para nada sobrada.

CAMBIO DE CÁMARA. De regreso a su estación de trabajo, RUDI parece estar en línea y en operación completa. Saluda a Super como de costumbre si nada hubiese pasado. Sónico replica, desorientado. Luego de un intercambio de palabras (3), Sónico observa su reloj de mano y se da cuenta que llegó su hora de salida. Acto seguido, recoge su maletín-cohéte. CAMBIO DE CÁMARA. En el pasillo común, interacciona con el señor Júpiter, se puede notar angustia en la mirada de Super. El temor al despido seguía ahí. CAMBIO DE CÁMARA. Super se retira despidiéndose torpemente de su jefe. CAMBIO DE CÁMARA. Mira hacia su empresa con el puerto de desembarco de frente. Desmonta su maletín-cohete y entra en el vehículo dirigiéndose, presumiblemente, a casa.

(3) Un escrutinio en la base de datos de RUDI presentó que la plática llevada alrededor de las 12 pm de ese día fue sobre el estado propio de RUDI cuestionado por Sónico, siendo las respuestas de RUDI como si el incidente del café jamás hubiese sucedido. El número serializado de la sesión de inició lleva a la conclusión que la unidad RUDI fue cambiada en instantes inmediatos y seguidos a la huída de Sónico de su área de trabajo. Confirmación visual fue requerida al señor Júpiter con el metraje del sistema de vigilancia, solicitud negada bajo el alegato de secretismo industrial frente a su competidor, Cogswell.


***
Sucesos transcurridos a partir de la llegada del señor Sónico a casa.
Presumiblemente a partir de las 3 pm (4), septiembre 23. 1995.
Apartamentos "Skypad".
Descripción narrada de los hechos descritos por Ultra Sónico, esposa, ahora viuda.

(4) Una revisión de las cámaras de seguridad del complejo de apartamentos muestra que la hora rutinaria de llegada del señor Sónico se encuentra en promedio entre la 1 a 1:30.

Un perdido señor Sónico llega a casa mencionando no tener apetito a su esposa, Ultra. Sin saludar a sus hijos va hacia la terraza de su apartamento y contempla el complejo habitacional de sus alrededores. Llama a Robotina y pide una Luna con sus Rocas. Ultra, sorprendida de que no suele beber en días de trabajo, se acerca a él y pregunta si algo sucede, lo cual niega tajantemente Sónico. La señora Sónico se aleja, pidiendo a Robotina estar al tanto de Super, el cual sigue contemplando al espacio vacío. La hora de la cena llega y Robotina deja un platillo de comida rehidratada (5) a lado del señor Sónico. Ultra y los niños cenan sin su padre en el comedor. Los niños se dan cuenta pero no preguntan nada al respecto. Quizás otro mal día en el trabajo con el señor Júpiter. Luego de la cena, Cometín intenta entablar conversación con su padre. Se acerca a Sónico y le enseña un nuevo invento suyo describiendo su operación y mecanismos, pero desanimado al ver la reacción desinteresada de su padre regresa a su cuarto, en lágrimas. La señora Sónico le consuela diciéndole que es solo un mal día en el trabajo, más sin embargo se encuentra más preocupada en este punto por su esposo. Pidiéndole ir a cama al señor Sónico, Ultra es tomada repentinamente por Super, el cual le besa, Pronto, comienzan a hacer el amor en el balcón por iniciativa del señor Sónico (6).

(5) De sus favoritas.

(6) La actitud de Super en este punto se ve más errática de lo normal por la manera en que lo describe la señora Ultra Sónico. Así mismo, el acto de sexualidad parece no haber culminado de manera satisfactoria por la manera en que Ultra salta de un tema al otro en este punto de la entrevista, evitando concluir la historia.

***
10:12 am, septiembre 24. 1995.
Maquiladora de Engranes.
Descripción narrada de los hechos grabados por el equipo de cámaras de vigilancia de la empresa.

Super llega como de costumbre a su oficina de trabajo y saluda a RUDI. Se nota sorpresa en la mirada del señor Sónico al ver a su contraparte mecánica (7). Sónico nota cambios en las expersiones de su compañero luego de una plática corta con él y comienza a revisarlo de arriba abajo con notable pánico (8). CAMBIO DE CÁMARA. En el área de cafetería, pide un café a la máquina expendedora, la cual le sirve de inmediato café. CAMBIO DE CÁMARA. El señor Sónico se encuentra de nuevo frente al monitor de su área de trabajo, al cual mira desafiantemente. Mientras, parece, grita unas palabras, vierte el café sobre la consola de RUDI, creando un corto circuito interno dentro en su maquinaria e inhabilitando su sistema operativa por segunda vez e inmediatamente se echa a correr al área de producción. CAMBIO DE CÁMARA. El área de producción está intacta, y sus camaradas siguen su trabajo de la manera cotidiana. Super se ve correr de área en área de producción, más sin embargo todo sigue igual. CAMBIO DE CÁMARA. Desde el área de materias primas. CAMBIO DE CÁMARA. Hasta el área de embalaje y CAMBIO DE CÁMARA distribución. Se le puede ver corriendo entre los cohetes de entrega y perdiéndose entre los andenes, en torres de cajas y maquinaria de almacenamiento (9).

(7) Una inspección del sistema de transmisión de RUDI detectó un cambio en el tono de voz mecánica del sistema Referential Universal Differential Indexer. Cambio el cual al parecer fue producto del accidente del día anterior el cual había pasado desapercibido por un señor Sónico en pánico de ser despedido. 

(8) Una expansión de la imagen puede notar a Sónico escribiendo una cifra XXXX-XXX-XX, la cual concuerda con los números de producción de las unidades del tipo RUDI.

(9) En este punto se pierde la conexión visual con el señor Super Sónico. El señor Sónico se encuentra muerto luego de tales hechos descritos y grabados a las 11:05 am del mismo día, con su cuerpo estampado en la superficie de la Tierra, unos cientos de metros al sur de los cimientos planetarios de Engranes Júpiter. Se presume suicidio.

8 jun 2017

Nintendo DS

El Nintendo DS fue la primer consola que tuvimos mi hermano y yo de última generación. La obtuvimos el mes de diciembre del año en que salió, 2004, a solo un par de semanas de su fecha de salida en Norteamérica. En esos tiempos, comprábamos a revista "Club Nintendo" de manera religiosa cada mes. A veces mi hermano, a veces yo, pero siempre estaba un ejemplar en casa a pesar de que en ese entonces no teníamos consola alguna de Nintendo, en realidad teníamos un PS1. Supongo que finalmente y luego de meses, nuestros padres se apiadaron de nosotros.

En un viaje a Monterrey visitamos una pulga. Jamás habíamos visitado una hasta ese día, pero nos habían platicado ya de ellas, que eran lugares donde podías conseguir de todo, barato y casi al momento de su salida al público, también nos la habían descrito como "un mercadito, pero en grande y de que abre todos los días", así que con esa descripción no sabíamos que esperar realmente, pero la imagen en la vida real resultó muy acertada. Al llegar mi padre y luego de estacionar el Atos rojo dificultosamente entre estrechos corredores creados por los espacios dejados de autos mal estacionados, bajamos a la Pulga Mitras. Efectivamente, eran puestos que rozaban entre lo formal de una tienda departamental, hasta lo decadente o pintorezco de un mercado informal. "Playesábanas pimp" de Bugs Bunny y compañía, bolsos, juguetes, cosas usadas, cosas nuevas.

Un puesto de videojuegos resaltó entre los demás. Una vitrina rectangular de cristal, tan alta como una columna, dejaba ver filas de juegos de GameBoy Advance, Color y Nintendo 64. Perdidos entre los colores de los cartuchos y sus portadas, no nos dimos cuenta de la compra de mi padre, y solo vimos de manera rápida como guardaba la caja de la consola en una bolsa de color negro opaco. Nos fuimos. Hasta ahora es fecha que no sé como diablos le hizo el viejo para preguntar y dar por él, pero su iniciativa jamás será olvidada, claro está.

El camino de regreso a casa de mi abuela se hizo eterno y de pronto las avenidas parecían tener el doble de longitud, el triple de tráfico y todo semáforo parecía tener un solo color, rojo. Sabíamos que era, que estaba en la bolsa negra, pero no lo podíamos creer. Era extraño, porque nada mágico en Monterrey parecía suceder nunca en la vida y de pronto en un día más de inicios de diciembre, mi hermano y yo estábamos a punto de tener la consola de última generación. En el sillón reposamos la caja y la vimos por un instante en silencio. Nada ceremoniosamente abrimos la caja.
- Es su regalo, ya pueden abrirlo.-dijo mi padre.- ¡feliz Navidad!
Abrazamos a nuestro padre. Examinamos el manual de instrucciones, seguridad, póliza de garantía, y un pequeño cartucho delgado como nunca habíamos visto antes, "Metroid Primer: Hunters [First Hunt]" decía.

Al iniciarla, la consola podía personalizarse hasta cierta extensión. Decidimos un nombre en común, Smash! (nombre el cual en un futuro también compartiría con un 3DS original negro), y el color del menú se eligió en azul oscuro. Calibramos la pantalla táctil con la plumilla. Luego de eso comenzamos a hurgar entre el software pre-instalado y demás opciones de personalización. Llegamos a Pictochat y simplemente comenzamos a dibujar... dibujar y dibujar. Las imágenes no se guardaban, nos dimos cuenta luego de hacer una prueba de juego con el cartucho demo de Metroid, pero la magia de una pantalla táctil para esa época era suficiente. Dibujamos por días.


***

Estaba limpiando mi cuarto, recogiendo. El polvo se estaba yendo, las pelusas barridas llenaban el recogedor mientras el bote de basura ya no tenía capacidad para más. La colección de juegos la había reacomodado, consola y franquicia. Observé Pokémon Soul Silver, y lo probé en mi 2DS azul cristal. Jugué un rato. Pasé a otro juego. Final Fantasy III. Luego a Kirby Super Star Ultra, Advance Wars: Dual Strike. Se fue otro rato. Llegué a Mario Party DS, y de ahí pasé otros. Tomé Mario Kart DS. Es mi favorito por muchas razones, pero dentro de las objetivas se encuentran los retos de manejo, la creatividad y cantidad de pistas, la capacidad de jugar con varios jugadores con una sola tarjeta de juego, el primer juego de la serie con opción a juego en línea y sin olvidar que es el juego el cual le dio el aspecto actual a la franquicia. Una soplada a la entrada de cartuchos. Sin respuesta. Una segunda soplada al polvo, limpieza con hisopo y un pase de aire comprimido. Aún sin señal.

Tomé asiento y puse el 2DS sobre el escritorio y retiré el cartucho poniendo otro en su lugar, lo examiné un poco. La etiqueta ya se encontraba algo opaca. Revisé en mi computadora. El juego había salido en 2005 y yo lo tenía, según recuerdo, de al menos año de lanzamiento en GameStop.
- Con mi empleo podría pagarme otro, realmente. Quizás con suerte hasta nuevo, jamás abierto del empaque. Volver a jugarlo, desbloquear de nuevo todas las pistas, los retos y sus jefes.
Lo observé un poco más, sostenido entre mis dedos y sentí, y sabía, que no sería lo mismo. De entrada, no sería el mismo cartucho. No sería el mismo juego por el cual yo había ahorrado por meses con el poco (o mucho) dinero que me daban mis padres cada semana. No sería en la misma consola. Es más, podría salir a comprarlo ahora mismo si quisiera. Esencialmente, no, no iba a ser lo mismo.

Guardé el juego en su caja y puse las basuras, polvos y pelusas en su lugar. Me fui a dormir.

16 may 2017

Día del maestro

Había despertado de muy mala manera. La música del vecino se asomaba por la ventana, arrastrándose al interior de mi cuarto acompañada de un reflejo de sol de mediodía a las 9 de la mañana. Mi garganta se encontraba seca y mis ojos más hinchados que lo de costumbre. Sale del cuarto, silencio total. Inspeccioné la casa y pronto me di cuenta que estaba solo.

Puse música sin embargo nada de lo que reprodujo mi equipo me convenció. Hubo silencio otra vez. Dejé el agua fría correr e intenté despertarme. Escoger la ropa en el cuarto me tomo minutos. En ropa interior, sobre la cama, me la pasé observando el armario. Mis camisas colgadas y algo arrugadas, una a lado de la otra, así los como pantalones y corbatas en la parte inferior. Resistí el cambiarme el mayor tiempo posible hasta el momento en que ya no pude más. Se me estaba haciendo tarde para el trabajo. 

Llegué a la escuela con 10 minutos de antelación. Tiempo suficiente para reponerme del clima azotador. Me vi en el espejo y acomodé mi cabello con la mano, tomé un pañuelo de mi mochila el cual humedecí y pasé por mi rostro y brazos, los cuales irradiaban malestar. Ya mejor, recogí mis cosas a la oficina y saludé a los maestros que allí se encontraban.
- ¡Buenos días! Ya voy tarde, así que los veo en un rato.
- Buenos días, buenas, ¿cómo te va?
Asentí a su saludo y respondí con una mueca de esas que solo se pueden hacer con poco tiempo y ganas de responder y me fui al salón, el cual se encontraba en el tercer nivel del segundo edificio.

Di con el salón y abrí la puerta encontrándome con la típica escena de final de semestre. Asientos libres con los pocos ocupados fuera de lugar, algunos acomodados en círculos con alumnos jugando cartas, otros, solitarios, se encontraban cabizbajos con la mirada sobre el celular, solo esperando. Solo esperaban, era el final no solo del semestre, sino también de su estancia en la escuela, eran de último semestre. 
- ¡Disculpe! ¿Ya sigue usted?
- Oh, perdone, no l...
- Si, ya me retiro solo estaba... ya sabe.- dijo malabareando papeles sueltos, carpetas y libros.
- Claro. No hay cuidado. Estaré afuera... tómese su tiempo.
Salí del salón y vi el tiempo correr.
- Menos clase, -razoné- menos clase.
Finalmente salió, despidiéndose con una disculpa y una sonrisa incómoda. La cual regresé lo más sinceramente posible.

- Hola chicos, solo para despedirlos y decirles que es el final de la materia...
Inicié un pequeño discursillo sobre el final del semestre, sobre los retos que les venían en el futuro como estudiantes o profesionistas, todas esas cosas, mientras iba tratando de inspirarme sobre la marcha a una audiencia la cual era aún más pequeña de la total posible. El timbre tocó, y ya había cumplido mi cometido.
- Bueno chicos, nos vemos. Y si nos vemos allá afuera, no me asalten.
- Wuwuwuwuwu, heeeey, el profe, EL PROFE, EL PROFE.
- Gracias. Claro. Nos vemos.

Bajé de nuevo, tomé agua del bebedero y rellené mi botella. Por suerte el agua se mantenía fría. Ya en oficina miré a los maestros y ya les saludé mejor, con mejores ánimo y uno que otro chiste.
- ¿Cómo te va?
- Uhm, bueno, eso depende, ¿ya mañana se acaba el semestre?
- No maestro, aún le queda 1 semana y media.
- Ah, ¡pues entonces mal!
- Ay, maestro, qué ocurrente. Jajaja.
- Oiga, por cierto, ¿ya fue por su horario?
- ¿Horario?
- Si, el del nuevo semestre. Ya los están dando.
- ¡Ah! Cierto, ¿a dónde tengo que ir por él?
- Pues es en biblioteca, ande. Segundo piso, oficina superior.
- Claro, muchas gracias.
- Ándele, que las horas se acaban.
- ¿Eh?
Arranqué corriendo y agradecí que me recordaran. No solo porque me dirían si me renovarán el contrato para el siguiente semestre, sino también me permitiría alejarme de ellas por un tiempo y relajarme un poco más por ahí en algún pasillo perdido u oficina solitaria.

- Buenos días maestro.
- Buenos días Maciel,
- ¿Qué tengo que hacer? ¿dónde te firmo?
- Mire, lo que tenemos aquí es lo que vendría siendo su horario, lo firmaría con el compañero Reynaldo, ya que termine con él pasa conmigo de aquél lado.
- Claro.
- Es para ver si desea expansión de horas.
- Oh, ok. Claro. Gracias. Y hola Reynaldo.
- Buenos días maestro.
- Buenos días, su apellido era... -abriendo un legajo y enseñándome una hoja con mis apellidos y nombres.
- Si.
- Ya veo. Me firma aquí de recibido por favor.
- Claro... y ¿eso sería todo?
- Así es.
- Muchas gracias Reynaldo.
- Para servirle maestro. Pase adelante con el compañero Maciel.
- Seguro. Voy. Permiso.
Me levante y pasé a una oficina aún más internada en el área de cubículos, en donde se encontraba hundido Maciel en un mar de copias, legajos, clips, mas grises y aún más blancos.
- Entonces, mire maestro, como le decía podríamos venirle manejando lo que viene siendo una expansión de su horario. Con el horario actual tendría... -contando apoyándose con una pluma, apuntando sobre casillas dentro de una retícula- 12... 24... 27 horas.
- Oh, genial. Suena bien.
- Ahora bien, si desea tener horas extra, las cuales tenemos de este lado tendría las horas del bloque B... las cuales se convertirían acumulando un total -repitiendo el ejercicio de contaduría- 36 horas a la semana, respetándole su falta de disponibilidad previamente establecida de los sábados.
- Por supuesto. Gracias.
- Así que, ¿qué le parece?
- Uhm... son... muchas horas, ¿no cree?
- Pues, es verdad. Así es, estaría -revisando el horario-, de 7 a 7 básicamente.
- No... me siento cómodo. Digo, no sé si podría... con tal carga.
- Ah, maestro. No se sienta obligado, esto es en base a su disposición, por eso lo hacemos consulta previa al personal, de no haberse llevado a cabo el llenado de espacios, pues ya personal se ve obligado a contratar personal, aunque sea de manera personal, durante este nuestro semestre alto.
- Claro.
- Usted no se sienta obligado.
- Pues, creo que... por ahora me quedo así.
- Me parece perfecto.
- Muchas gracias de igual manera Maciel.
- Gracias a usted maestro, tenga un buen día.
Me retiré del edificio confundido, alegre, tendría trabajo para una temporada más, más sin embargo un desazón se apoderaba en mi boca. Miré al cielo y el sol seguía castigando a la tierra. Caminé por los pasillos principales bajo su resguardo hacia la oficina con mis compañeras. Volví a tomar agua.

- ¿Cómo te fue?
- Pues... mire.
- No suena mal. Te fue bien.
- Si, eso creo, aunque...
- ¿Aunque qué?
- Verán, me ofrecieron mas horas...
- Ah, genial, ¿y las aceptaste?
- Pues, no. estaría todo el día aquí. Es probable que me volvería loco -dije en tono de broma para no parecer irrespetuoso a su profesión a la cual ya tenían edad de jubilarse de- jaja, de 7 a 7 la jornada.
- Pero pues si así empezamos nosotras, ¿verdad que así Jovita?
- Si Lulú. No fíjese maestro... hasta los sábados veníamos... y en la tarde. Pero teníamos que venir.
Ni modo. Así nos tocaba. Y teníamos que darle.
- Mira, si te recomendaría ir realmente. Conforme están viendo la disponibilidad de los maestros ven quienes toman las horas, quién no. Se hacen promedios de horas por maestros. Ya ven, este es bien jale, este no, este tiene siempre sus 10 horitas, y así se van. Tómelas. Pero pues... ya está en usted, ¿o que dices Lola?
- No, si maestro, que las tome.
- Bueno, si ustedes lo recomiendan.
- Si. Ándale.
- Los marineros no se forman en mares calmos.
- Bueno, veré si aún están esas horas para mí.
- Anda. Aquí te echamos porras.
- Gracias.

Regresé al edificio de biblioteca y a sus oficinas. Evadí a varios compañeros de camino de regreso, pero eso fue fácil realmente, los varios que iban sueltos por ahí veían las bondades (o desgracias) de sus horarios. Subí a las oficinas y me interné a la cueva hecha de páneles de madera, fría por el aire acondicionado y en sus matices. Aún se encontraba ahí Maciel. Meditando sobre sus hojas de papel.
- Hola de nuevo maestro.
- Creo que...
- ¿Meditó sobre las horas extra?
- ... la única forma de saber si lo podré hacer... es intentándolo, ¿no es así?
- Así me parece. Entonces, ¿le agrego este bloque completo de horas?
- Sssip -suspiré mi respuesta.
- Me parece correcto. Muy bien maestro, muchas gracias por apoyarnos.
- No, muchas gracias por su apoyo y lo esperamos para la firma formal de contrato.
- Por supuesto. Gracias.

Salí. Mismo sol. Mismo recorrido. Agua, oficina, un respiro, puerta, compañeras. Hola.
- ¿Y cómo le fue?
- Pues... solo miren.-dije levantando el papel de horario tentativo preséntandolo como si hubiese bajado con él del Monte Sinaí.
- Ah, no si. Muchas horas. Muy bien.
- Si. Es de 7 a 7. Todo el día.
- Si, pero que tiene, mira, ¿vas a venir en sábado?
- No, tengo... libres los fines de nuevo. Gracias a Dios.
- Ah, no pues que bien maestro. La verdad.
- Nosotras teníamos que venir en sábado.
- Mira, lo bueno es que ya estás avanzando. Te están dando más horas. Ya cuando recuerdes tendrás mas responsabilidades. Es rápido, pero está bien. Te está yendo bien.
- Eso supongo.
- Además, piensa, en la tarde, ¿qué harías? Una todavía tiene familia, responsabilidades. Pero tú, eres joven, todavía tienes esa energía para aprovecharla.
- Jajaja, me halaga que piense así, jajaja -"energía" pensé.
- Con todo ese tiempo. De aquí te ibas a casa, me imagino.
- Pues, si. Descansaba. Supongo.
- En casa, en casa a nadie le pagan. A nadie le pagan por estar en casa, ¿qué haces saliendo, llegando a casa?
- ... últimamente... he dibujado... mucho. Llego y dibujo, he estado dibujando mucho.
- Ah, ¿y te pagan por dibujar?
- No, pero... pues a veces quisiera.

20 mar 2017

Hija del dueño y de la tiznada

Un día, de hace ya mucho tiempo, salí de casa a plena madrugada movido por la ansiedad de estar falto de trabajo, de dinero y sobrado en fantasmas y culpas. Estaba caminando por la calle, la cual permanecía vacía para ambos horizontes y decidí entrar a un bar que se veía de mala muerte. El aroma agrio y la música horrible no me llamaron la atención pero si la gran cantidad de gente que se había para el ambiente que transpiraba el lugar, así que entré por curiosidad. Al menos-, dije- la cerveza estará muy barata- concluí.- Eso o aquí alguien me ofrecerá alguna droga.

Miré lo que parecía ser el salón principal y ninguna mesa estaba vacía, no llena pero, repartidos en toda el área, se encontraban personas de rostros duros o cansinos, de humores fuertes como las bebidas que tomaban. Se encontraban ahí, sentados, perdidos en un trance producido por el pasar de la luz artificial a través del espacio turbio de sus cervezas. A pesar de ello, sentí su sorpresa al interrumpir aunquea sea por unos segundos su ritual de limpieza. Huí de aquellos leales parroquianos que advirtieron mi llegada como la de un ajeno y tomé un lugar en la barra, la cual parecía estar reservada específicamente para forasteros como yo. Ya en mi silla alta frente a la barra, o lo más cómodo que se pudiese estar en un sitio como este, observé el precio en el espejo. Efectivamente  era muy barata así que me acomodé mejor, sintiéndome más tranquilo sobre mi cartera, y pedí una clara para abrir boca.

Entre tarro y tarro, encontré la tan buscada serenidad alcohólica que buscaba, y una palmada en la espalda me hizo darme cuenta cuenta que ambas de mis suposiciones eran verdaderas. Una chica, la cual no había observado en mi registro inicial del lugar se acercó a hurtadilas más por la espalda.
- ¿Quieres algo de hierba?
- Noup.- Respondí sin voltear.
- Oh, quizás algo más fuerte, ¿met? ¿Dimt? ¿Tris?
- No.
- Oh, okey. Como digas anciano.
- ¿Anciano?
La chica se alejó y fue cuando voltee realmente a verla. Era joven, nada especial, regordeta y algo prieta, pero si joven, demasiado joven para estar en un lugar así. Gente vino y se fue. Y para la novena y onceava botella ya sentía que ya podría ser parte de aquél tribu de enagenados.

La chica volvió luego de algo de tiempo.
- Entonces, ¿qué haces para divertirte? ¿Solo beber?
- Por ahora, si... bueno, eso hacía. - dije mientras me levantaba de mi silla.
- No espera, ¿a dónde vas?
- Fue demasiada diversión para mí por hoy. Pagaré mi cuenta. -dejé el cambio exacto sobre la barra el cual el cantinero tomó-.
- ¿Quieres saber que rollo conmigo? ¿Cierto?
- La razón por la cual estás aquí es algo que no sé, si... pero hay muchas cosas que no sé también, así que... 
- Mi padre es el dueño de este lugar. Él me deja estar aquí.
- ¿Ah si?
- Si. Mira. Hey, Loot -señaló al cantinero con la mano mientras le guiñánba el ojo- tráele algo de, ¿Qué estabas bebiendo? Una oscura para mi nuevo amigo.
El cantinero respondió de inmediato a su gesto y me trajo otra botella.
- ¿Es para mí?
- Solo si quieres hablar.
- Mira, no quiero problemas.
- Solo los tendrás si haces algo estúpido. Mira, este es el bar de mi papi. Si no haces algo que yo diga, o te pasas de listo conmigo, cualquiera de estos hombres rudos vendrán y te partirán tu madre... -mientras señalaba con la mirada a la banda de hipnotizados- Es eso o puedes quedarte un poco. No habías venido nunca, ¿Cierto?
- No.
- Entonces bebe.
Asumí que era una especie de soborno para que me quedase y me zampé la botella de un trago.

Las palabras comenzaron a fluir así como la cerveza pero la mayoría de la plática realmente se concentró en preguntas de ella sobre mí. Su nombre era Yossimara, pero quería que le llamaran Yossi. Resultó que verdaderamente era la hija del dueño del lugar y efectivamente era menor de edad, no estudiaba ni tenía trabajo. Su padre no se molestaba con que vendiera o consumiera droga, pero que si mientras esta fuese inyectable o que lo hiciera dentro de su bar, pero toda la clientela le conocía y estaban en un acuerdo de caballeros entre ellos mismos, que le protegerían en el caso de que algo malo le pasara, al menos dentro del lugar. 

Terminé otra botella y solté un fuerte eructo.
- Disculpa. Bueno, eso es suficiente para mí. Gracias por la entrevista, Yoss, por la cerveza.
- Achis.
La chica puso cara rara conforme me iba levantando. Me despedí con un ademán ligero con la mano y al llegar al marco de la puerta, de forma estrepitosa vino otra persona por detrás de mí y me sujetó del cuello. Forcejeamos un poco pero de inmediato me di cuenta que era inútil, el hombre me doblaba en tamaño, peso, y yo estaba demasiado ebrio.
- Creo que falta algo en tu cuenta.
- ¿Cómo? -balbuceé con lo poco de aire que pude tomar.
- Yossy dice que tienes razones para no irte de aquí.
- ... ¿disculpa?
- 120. -agregó Yossimara.
- 120 razones exactamente.-replicó mi captor.
Entre el forcejeo y la sorpresa, pude sentir como el efecto sedante del alcohol se iba perdiendo y con mi reflejo asustado en el espejo me pude dar cuenta. Debía 6 botellas. Las 6 de la entrevista.
- Perra madre... -gruñí con mi mandíbula inmóvil por el nudo de brazos gorila de Yossimara mientras alcanzaba el bolso de mi pantalón por el dinero.
- Toma.
- Yo no quiero tu dinero.-dijo mientras me soltaba abruptamente.
- Claro.
Pagué la cuenta al cantinero silencioso, a lo que Yossimara sonrió burlonamente.
- Gracias, y vuelve pronto.
Me reacomodé la ropa y me fui cuidandome mis espaldas hasta que por fin perdí de vista el bar.

Nunca volví, creo que eso no hace falta decir.

1 mar 2017

Las insolentes aventuras de Cristina Pacheco

La toma inicia con un primer plano de la señora Cristina Pacheco. A sus espaldas sobresaliendo del despeinado característico de la señora Pacheco y cruzando la calle, el Mercado Campesino Doroteo Arango cubierto de lonas desgastadas de izquierda a derecha y remolques y camionetas con huacales hasta el tope de sus cajas. 

- Hola buenas tardes. Y me encuentro el día de hoy en la delegación Temamaztlán, del Estado de México donde vamos a recorrer los pasillos del callejón de lo arcaico. El mercado Morelos, donde muchas de nuestras bellas y antiguas tradiciones de nuestro México resisten a los embates del tiempo. Acompáñenme.


El mercado luce limpio a la tenue luz que emerge de entre los tendidos de los puesteros, probablemente debido al apuro higiénico de los dueños de locales de tacos, tamales, pulque y jugos naturales. Se pueden ver animales de granja en pequeñas jaulas, más sin embargo de aspecto sano, juguetes de madera, adornos de cerámica para los interiores y exteriores del hogar y plantas exóticas y frutales en bolsas plásticas, listas para plantar.

- Buenas tardes, ¿cuál es su nombre?
- Mi nombre es Carlos Maximiliano de Jesús Dionosteromías Martínez Urbina
- ¿Y cómo le gusta más que le llamen?
- Aquí, en el mercado, me conocen como don Dono
- Bueno, don Dono. Pintoresco ¿A qué se dedica usted? ¿Qué hace usted aquí en el mercado Morelos?
- Me dedico a la fabricación de velas… de la manera tradicional yo hago velas para…
- ¿Qué tipo de velas? ¿Qué clase de velas hace usted?
- Pues mire, usted verá, yo hago velas de entierro principalmente pues… la que más se me vende, la que más se mueve. También tengo también para quinceañera, es también la andan pidiendo mucho los clientes, la vela regular, la blanquita chavalita, esa siempre se mueve, la de forma de flor, esa últimamente la están pidiendo mucho. Orita por la temporada, la vela para la corona de adviento, también… pues el negocio es mucho de por temporadas, verdad. Más que nada y también lo otro es…
- ¿Y qué temporada es la mejor para usted? ¿En cuál época del año le va mejor en el negocio?
- … pues como le digo, orita a finales de año pues, se mueve mucho lo que viene siendo la vela de la corona de adviento, me la están pidiendo mucho. La vela para el nacimiento esa… también, decorada últimamente se está moviendo mucho, en forma de angelitos. De noche buena.
- Me está diciendo usted que tiene velas decoradas, ¿qué vela es la más complicada de hacer para usted? 
- … pues vera usted, la de…
- ¿La vela la que se le dificulta más de hacer?
- … pues… verá usted… pues… las de forma de flor… como esta chavalita que tengo aquí a lado. Ésta en forma de Casablanca, me la andan pidiendo mucho para quinceañera mucho. Y si está… complicada de hacer.
- ¿Y cuánto tiempo tiene usted de hacer velas de este tipo? ¿Cuánto tiempo tiene en el…?
- VERA USTED YO TENGO… a mí mi padre me enseñó cuando yo estaba chavalito. Tenía yo, he de haber tenido unos…
- ¿Cuántos años tenía?
- 10, 8… años. Chavalito… que estaba.
- Parece una persona que guarda consigo, con mucho cariño, tradiciones y la cultura de nuestros antepasados, usanzas que últimamente han caído del gusto popular, ¿es usted comunista?
- Pues sinceramente no sabría decirte a usted. Desconozco… sobre eso, verdad. Del tema.
- ¿Cómo le ha afectado con los nuevos tiempos… la compra de la vela comercial… a usted al negocio?
- No pues, a veces… la gente pues… por necesidad, verdad… clientes de años… compran… pues, la opción más barata a veces, lo que es más que la puritita verdad. Se van por lo más cómodo.
- ¿Cuántos años tiene usted?
- 87… en un mes estaré cumpliendo yo 88. Chavalito, jajaja. 
- ¿Y cuál es la vela que se le vende más?
- Oh, pues, le decía yo, verá que… la de entierro más que nada… para cuando hacen sus…
- ¿Le ha afectado a usted al negocio? ¿Qué la gente ya no muera? ¿El seguro popular?
- ¿Cómo?
- ¿Cuántos años tiene vendiendo velas?
- Pues verá… unos…
- Veo que usa colores brillantes para el decorado de velas, ¿alguna vez se ha intoxicado con sales de mercurio o plomo?
- ¿Mercurio?
- ¿Y con el negocio? ¿Cuánto tiempo lleva usted en el local?
- Mire yo señora…
- Decía que vende velas de quinceañera, ¿vende velas a menores de edad?
- ¿Qué?
- ¿Les pregunta por su identificación?
- Señora. Le voy a tener que…
- Así termina… le agradecemos a Don Carlos la entrevista, muchas gracias.
- Y yo benditos que no tengo nada porqué agradecerle a usted señora.
- Y así, terminamos. Aquí le tomaré una velita. Muchas gracias.
- ¿Qué?
- Ese fue don Toño del Mercado Juárez. Agradecemos la entrevista que con mucha cariño nos ha brindado y así mismo, decidimos decir adiós a su negocio dónde las pasadas e innecesarias tradiciones pecan de inocencia y frugalidad frente al incontenible pasaje del tiempo y la inminente entropía del cosmos.

Tira la vela al suelo sin restarle importancia. La toma se disuelve desenfocándose en el gris de una pared de un negocio sin terminar de enjarrar del Mercado de Abastos Juan Charrasquiado.



19 ene 2017

Cuentos de hadas de almacén

Conseguí un nuevo trabajo en la parte sur, ya en la periferia de la ciudad. El camino de todos los días consistía en ver como lentamente el paisaje se iba tornando, de aparatosas y ostentosas casas dentro de fraccionamientos privados, a boutiques, restaurantes y centros comerciales de poca monta y cada vez más desperdigados unos de otros, hasta llegar finalmente a agregados de casuchas rematadas de parches pintura deslavada, láminas de acero inoxidable y suertes de poleas, cuerdas y lonas las cuales iban ahogando árboles que nacían en la calle y desembocaban en el techo de las casas. En estas áreas de la ciudad pululaban talleres mecánicos grasientos, comederos improvizados al aire libre, bares con promociones en cervezas más baratas que la propia agua, templos evangelistas y bautistas y almacenes para los excedentes de las empresas.

Tenía ya varios meses trabajando y, a pesar del cargo en el cual me encontraba, durante los descansos, la mayoría del tiempo libre lo compartía con los empleados de intendencia o mantenimiento. La verdad es que siempre he tenido esa tendencia y me siento más cómodo platicando y conviviendo con empleados de "menor rango" al mío. Los empleados de mantenimiento o intendencia siempre suelen ser los que tienen las mejores pláticas, sus vidas son reales. Vidas reales de problemas reales. La plática del asalariado común está basada en los hijos, sueños de aspiración frustrados, chambas que nunca logró cristalizar en su segundo empleo por cuestiones de envidias y más tristemente aún, la última gran panacea para bajar de peso y contener la gastritis. En cambio, los temas de aquellos río abajo no son sobre hijos que presumir o qué comparar, son de hijos que sacar adelante. Los sueños de aspiración frustrados son sacar el título en la nocturna manejando el trabajo en la mañana, hablar de una mejor de opción de trabajo porque el nuevo cuñado conoció a alguien y su segundo trabajo es vender de medio tiempo cosas por catálogo, siendo el control de la gastritis o el sobrepeso una de las especialidades del nuevo producto del catálogo de la compañía NutraLife.

El guardia

¿La colonia Morelia? No si, esta colonia, bueno, los alrededores era pura terrasería licenciado, desde la avenida Santa María de allá el fondo hasta acá a la altura Harold Suárez. No no no, si yo antes podía... uno podía todo. Venía de pescar del río, uno podía bajar como si nada, con el sol pelón acuestas, nada más una hielerita para lo que cachábamos... no era mucho pero a veces tenía uno suerte otras veces no, veda'. Total uno jampas venía cargándola de okis'. Total, pues pura salidera la de uno. No tremendo, si antes... antes uno tenía mucha libertad verdad. Pues claro, los padres se lo sonaban, ¿cómo no? Claro que por eso teníamos muchas libertades... a la primera uno que reclamara o le saliera con una soncera pues.. uno buen puesto y... pare usted de contar. No, mi padre que DioslotengaensuSantaGloria' siempre... buen padre verdad.

Luego ya crecía uno, pos la cosa cambiando. No si... un amigo de ahí mismo, justamente por aquellos tiempos estaban creando el penal. El penal del estado. No una cosa tremenda. Total, tenía mi palomilla. Ahí nos juntábamos... las mañas se le pegaban a uno pero con nomás' recordar el cintarazo, no pues en casa ni las luces verda'. Y no es que uno andubiese haciendo algo malo, le digo. Era más pues... pues la misma libertad que había. Uno si se pasó una vez... este... el flaco este -truena los dedos y frunce el rostro- Carlos... se apellidaba Mireles creo, ¿O era Perales? ¡Mireles! Tremendo. Tremendo, tremendo pero como la chingada y ahí usted me disculpará licenciado pero... pues eso desde casa, su papá un borrachín de esos de oficio ni beneficio pero ahí usted como lo veía lo tenían como jefe policial del municipio de Guadalupe. Claro que en ese entonces Guadalupe era otra cosa. No, nada que ver. Pero como quiera, pues un puesto grande, ¿no? Tipo, de cierto rigor, cierto ambiente. Pero pues así tenía el papá y pues su hijo... también como la chingada. Total, en una de esas en un baresillo, andabanos... pues mis amigos verda'. Y aquél ya pasado de copas, y pues con las actitudes verda', necio, terco, hablador y hablador... si de por si lo era el cabrón y ahí me disculpará licenciado -se ríe-. No pues, ya nos deslindamos de él, ya no quisimos saber nada de él, lo clásico de él. Pagamos, nos fuimos, anduvimos dando unas vueltas. Cada quién se recogió a sus casas, ¿no había matado aquél bruto de un balazo a otro... que disque' insinuársele a su prometida... a la que ya tenía ya, digo, bien panzona? Así. Sin más ni más. Tocó a su puerta ¡Zas!-haciendo un ademán de caída-. Se desaparece el tremendo. Que se desaparece. Sale su padre al quite, no le pasa nada al cabrón. Resulta que no solo tenía la palanca de su apá'... resulta que el padre de su prometida venía siendo... el jefe... el designado como uno de los altos mandos del entonces recién inaugurado Penal del Topo Chico. Jaja. Pues el cabrón allá a de andar... me dijeron, lo último que supe verda', es que terminó el Saltillo, que ahí la movía de policía... pues sabía disparar el cabrón, verdad? Jajá. Uta'... no, si antes la cosa... la cosa era diferente licenciado.

Entre conserjes

1 - ¿Cómo ve a la Ema mi licenciado? Está buena verdad.
2 - No si, pero la que si me ando ensartando es a la Mascarita. Dicen que no está chida ya si le quitas la máscara, pero pues así mero se arma. Tiene un culote.
3 - Jajajaja, por eso ahí luego andas se sidoso pendejo. Jajajaja, porque a nada le haces el feo.
2 - Jajajaja, por caliente, verdad?
1 - No, pero si está chida. Si tiene lo suyo también la comadre. La Mascarita.
2 - Y con la que se quedó el italiano. Tampoco se fue tan mal el cabrón. La Kuchenka.
1 - Que era ucraniana baboso. Krushenka se llamaba.
2 - Ah, ok... de allá por Rusia mas o menios', no?
1 - Ándale.
3 - Andale, unas rusas, unas rusas se llevó el cabrón, jajajaja, las rusas.
2 -  La rusa, jajajaja, tira lion', jajaja. ¿Pero si son un putazo de viejas como quiera, no? Las que salen ahí en la noche en El Canal.
3 - Si, todas con madre, ¿usted cual se venía llevando acá... mi lic?
2 - Yo las que si me venía llevando son a las del clima.
1 -  No pero pues esas son acá. Esas ya están apartadas para los grandes del canal obviamente.
2 -  Como la que se llevó el Misterioso. El luchadorsillo, ¿a poco usted cree que si anden?
1 - No, por supuesto que no, si eso es para despitarle. Nada más, pura pantalla.
2 - Como quiera para una noche... si está chido.
1 - No, si, si sí estarán bien buenas y todo ... ¿pero a poco ustedes creen que les pagan bien a todas ahí en El Canal? Son todas de prepago.
2 - ¿De prepago?
3 - ¿Cómo?
2 -  Mira, pero si estarás puñetas, que son putas... prostitutas.
3 - ¿A poco tanto así?
1 - Si. De hecho, y si, está pero bien cabrón.
2 y 3 - ¿Al chile?
1 - El otro día fui al casino...
3 - ¡Al Royalee!
1 - ... y andabamos yo, unos camaradas, y el cuñado de mi hermano. Y no pues, ahí andábamos pasando la noche. El vato el chofer.
2 - Si.
1 - Y pues las conoce, a todas. Casi todas, si no es que todas.
2 y 3 - Si.
1 - Y que las anda trayendo de arriba para abajo. Tipo, de que hasta Reynosa... Saltillo, Torreón. Y es... a las rucas estas.
3 -  ¿Y eso? ¿A buscar que se las chinguen?
1 - No, para mí que ya saben qué rollo. Que ya tienen el cliente bien identificado. El programa es pura promoción nomas'.
3 - ¿Sal' chile we?
2 - Ah, y pues nada más anda viendo acá, puro pesado... para ver cual sale y querer llevársela.
1 - Si. Así está... ¿a poco tú crees que El Canal va andar pagándoles miles de pesos... varios miles de pesos, lo mismo a un montón de mujeres?
2 y 3 -  No, pos si.
2 - Fíjate. No sabía.