29 jun 2015

Capitán Cielo buscando a El Mundo del Mañana

Soy solo un hombre entre las estrellas.

Huí al ver el inicio del final en mi planeta natal, y he estado de viaje a un hogar nuevo, buscando un lugar cálido en el más frío de los ambientes, el vacío casi infinito del espacio, durante los últimos 10 años.

He visitado decenas de planetas, en varios sistemas, dentro de diferentes galaxias. Planetas hermosos en construcción y relieves, riscos descomunales con nacientes ríos, precipitando y rugiendo sobre mares de colores únicos, llenos de minerales extraños y fascinantes, algunos irrepetibles en otros sistemas, aún bajo iguales condiciones.

Muchos lucen en primera instancia, parecidos, incluso iguales. Pero inspecciones más cercanas revelan que esto es lejos de ser verdad, y aún cuando dos planetas se parezcan en algo en primeras instancias, la complejidad de su propio sistema. Su estrella regente, tan poderosa o ligera como lo dicte su combustible nuclear de hidrógeno y helio. Los materiales remanentes a su alrededor, lunas y meteoritos, anillos y nubes de polvo. Gravedades distintas a las cuales acostumbrarse, caminar en ellos puede ser exhaustivo y es cuando sabes que no será un lugar para poner una casa. Climas tan tormentosos como cambiantes, con vientos que engullen montañas de un día para otro. Un sistema montañoso puede ser una planicie más, los mapas iniciales quedan inservibles luego de días de actividades volcánicas, sísmicas o meteorológicas, o todo junto y consecutivamente.

Tiempo en ellos puede ser tanto desgastante como fructífero. Ver las provisiones crecer, combustible y materiales, y el propio ánimo que pueden dar los paisajes llega a ser suficiente para saber que esta búsqueda no es en vano.

"Quizás sea este el indicado."- Me digo de cuando en cuando.

Los días pasan en mi nave espacial y llevo bitácora solo para recordar lo vivido. He visto paisajes hermosos e irrepetibles durante el viaje, y la vida no parece nada ante la inmensidad del Universo, pero en aquellos planetas, esos sistemas autónomos, los días siguen transcurriendo y la gravedad del sol les sigue impulsando en elipses interminables. Observo hacia el vacío, en algún punto allá, en la oscuridad estuve, giro la mirada, y pienso que en algún otro punto estaré.

El tiempo pasa en aquellas galaxias distantes y yo, desde mi nave, no puedo detenerlo. Para el Universo no hay días, meses o años, solo caminos.

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