12 ago 2015

Random thoughts about random folks

Últimamente no me he sentido particularmente profundo... o particularmente interesante... o si realmente tengo algo importante que decir, así que aquí están:

***

Cosas sin significado que han pasado en mi vida
"De cosas que no son suficientes para llenar una entrada,
pero de igual manera quiero que se escriban en el blog"

... quizás no últimamente, quizás no tan alejadas en el tiempo, pero ciertamente son cosas que quiero compartir y no quiero que se pierdan con mi muerte, senilidad o con mi irremediable llegada a la fama y, con ello, la pérdida de toda la (poca) credibilidad de que alguna vez, tuve cosas tontas que contar. 

***
Malentendido

1.- Oye, entonces, si te presento a Diana, ¿tu me presentarás a tu hermana?
2.- Si hombre, pero dudo que eso llegue a pasar.
1.- ¿Por qué?
2.- Porque Diana está en el mismo laboratorio que yo, en otro turno, pero por ahí me la he podido encontrar, así que creo que no requeriré de tus servicios.
1.- ¡Já! Ya lo veremos. En fin, de todos modos quiero que me presentes a ella.
2.- Lo dudo, ella aspira a más.
1.- Pues fea no es.
2.- Estaba hablando sobre mi hermana.
1.- ¡Ah! Si, también. Pero, ¿para qué es la vida sino para decepcionarnos y resignarnos?

El perro y la señora bicicletera


Hace tiempo un perro callejero me mordió en la pierna. Si bien no fue un incidente grande, me impactó por lo molesto que fue todo el asunto. Las vacunas y el tiempo y proceso de curación, la captura del perro para su revisión por parte del municipio, etc., etc. Fue una experiencia en general, muy desagradable y desde ese momento le tengo cierto respeto divino a los perros de la calle.

Así pues, iba caminando por la calle el otro día, e iba demasiado ensimismado en la música, en mis pensamientos pedorros y todo eso, y todo aquello. Tarareando canciones masculinas y ritmos de degradación femenina, sentí una presencia cerca en la forma de una silueta a la altura de mi rodilla:
- ¡Yiaaaaaack!


Era un perro boxer, de alrededor de unos meses. Se notaba por el tamaño y la cara de que aún la maldad del hombre no había corrompido su corazón de perro... es decir, tenía cara de tonto.

- Hahahahaha, hahahaha
Una señora madura en bicicleta aprovecha mi rápida pérdida de los sentidos y me rebasa.
- Malvada señora... no se ría -agité mi brazo hacia ella.
- Hahahahaha... HAHAHAHAHA
- Malvada... horrible... uhm... ¡tenga un buen día! -convirtiéndo mi agitar en un saludo.
- Igual, Dios te bendiga.
- Igualmente... malvada.
Seguí caminando y la señora aparcó su bicicleta un par de casas más adelante. Le  crucé en mi mismo andar y al bajarse la vi agacharse para abrazar algo a la altura del suelo... el perro era suyo.




Mi primo adicto Adán Sánchez

Adam Sandler es este primo ligeramente mayor que tú y con padres más permisivos, con el cual en la niñez y juventud la pasaste bien. Ambos compartieron buenas experiencias de aventuras no apropiadas para su aquél entonces, edad juvenil, como cuando te dio a probar por primera vez cerveza, como aquella otra en la que fumaste por primera vez en tu primera vez en un antro o cuando te presentó a esa mujer dos años mayor que tú, linda pero de pasado oscuro.

Sin embargo los años mosos han pasado y ahora él ha cambiado mucho... o nada en lo absoluto y tú si, ciertamente no eres un adulto pero has madurado, mientras tanto él sigue bebiendo como si fuera la primera vez y tiene un hijo regado por ahí, al cual visita de cuando en cuando. Él aveces va a visitarte, y siempre, cualesquiera que sean las condiciones, siempre será para la misma cosa:
- Oye... me das unas monedas?
- No... ya me has pedido mucho, ¿sabes?
- Anda, esta vez el negocio saldrá genial... tengo esta gran idea para una película... mira...
- No, no quiero ni puedo ayudarte. Entiende.
- Si quieres puedes darme algo que no ocupes... podría empeñarlo y...
- No, ¡entiende diablos! La última vez que te presté dinero dijiste que sería genial y tendrías a Derbez y usaste todo ese dinero para salir trasvestido.
- Mira, pero esta vez será genial... mira imagina este negocio. Somos yo, el vato de Guardia de Super Mercados 2 y no rol protagónico de Rob Schneider... y unos extraterrestres vienen... y y y destruyen el mundo y yo soy un genial jugador de videojuegos de los ochenta... y toda la invasión son en base a personajes de videojuegos ochenteros y estamos de que sASDFASFDSA WHAM WHAM... PICHUUUU... CHAKA CHAKA CHAKA
- Sandler... mira... vete, dame unos días y lo pensaré, ¿si? Gracias por visitarme.
- Oh, gracias, gracias. No te defraudaré... será la mejor película que he hecho en años, de verdad. Será grandioso.
- Si, lo que digas, buenas noches.
La puerta se cierra.

Bukowski va al OXXO

Me agrada ir al Seven u OXXO en shorts y playera de resaque blanca. Caminar mientras lo único que se escucha alrededor es el resonar de mis chanclas sobre las banquetas en la noche. Me hace sentir que soy alguno de esos niños grandes y que voy a comprar varios "six" de cervezas. Pero la realidad me hace cambiar mi pensamiento cuando el cajero hace su bip con la máquina registradora al pasar el litro de leche deslactosada que estoy por comprar.

A veces pienso en alguna excusa si me llegan a preguntar algo al respecto.

Quizás respondería algo como que voy a hacerme unas piñas coladas o alguna bebida preparada que lleve leche, que me embriagaré para ponerme a tono para una noche desenfranada, llena de alcohol, mujeres jóvenes y 100 por ciento libre de lactosa.

Pensamientos pamboleros regiomontanos

Me gusta el futbol... <Se va la mayoría de los lectores>
No me desagrada el futbol...


Es decir, me gustaba jugarlo de más joven, lo jugaba con mis amigos, la pasaba bien y recuerdo haberme emocionado en tal o cual ocasión durante un, al parecer, excelente partido. Pero, como en muchas cosas, lo malo en si, no es el objeto de admiración, sino los admiradores como tal, y eso es lo que encuentro desagradable. 

Dicho esto, no me agrada cuando la balanza fubolística del estado está del lado de alguno de los dos equipos amados por el respetable, y prefiero que ninguno de los dos gané en lo absoluto o que alguno vaya mal en lo mínimo. Las calles, los medios convencionales y las redes sociales se llenan de comentarios del tipo que odio, como lo son los que usan las palabras como "papá", "hocicón", "ya te veías en la final", "se te borró la sonrisa", y todo eso con un extra si son rimas del corte:




"En donde están,


en donde están,
esos que ***dos
que nos iban a ganarts"






Puesto de otra manera, prefiero que se encuentren en un llano de mediocridad obvia ante un bando del otro, y viceversa. Mientras se mantengan regular todo está bien, en un estado de pumismo perpetuo en el cual ningún hinchada de cada equipo le tirará pedos a sus acérrimos rivales. De igual manera, encontrándose en un estado así, lo máximo que puede llegar el aficionado más intrépido es a cosas como:
- El mejor goleador está en mi equipo
- Se juega la liguilla papá... la fiesta grande... la XVñera... la tornaboda... el fara fara... la tardeada tecatera.
O algo como:
- Yo voy como mejor defensa... de local... en los primeros 10 partidos.
Lo bueno, es que ellos mismo saben que eso no cuenta para nada, y es solo estadística pedorra. Así pues, se mantienen en perfiles bajos, entre nosotros, casi conviviendo como iguales, imperceptibles a los ojos menos penetrantes siendo personas casi funcionales de nuestra sociedad.

1 comentario:

  1. "Pero, ¿para qué es la vida sino para decepcionarnos y resignarnos?"
    Amén.

    "Seguí caminando y la señora aparcó su bicicleta un par de casas más adelante. Le crucé en mi mismo andar y al bajarse la vi agacharse para abrazar algo a la altura del suelo... el perro era suyo."
    Entonces, esa señora te estaba echando los perros.

    "...al pasar el litro de leche deslactosada que estoy por comprar.

    A veces pienso en alguna excusa si me llegan a preguntar algo al respecto."
    Siempre puedes decir que en La naranja mecánica se drogaban con leche y querías ver si era cierto.


    Muy buen post. Comedia cotidiana en la comunidad.
    Aunque no estabas con muchos animos, cada historia cuenta, no se necesitan posts muy largos para dar ideas, ni introspecciones, a veces sólo malentendidos, señoras y perros.
    Me encantó el cuento de Mi primo adicto Adán Sánchez. Una ficción real casi cada año en el cine. La última vez que nos visitó quería que le pagaramos la suscripción del Netflix.



    Donde no vuelan las aves

    "... para no detener la cadencia de la vida mientras llega el significado, y en cuanto la iluminación nos traiga una respuesta."
    La respuesta es 42, obviamente.

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