8 jun 2017

Nintendo DS

El Nintendo DS fue la primer consola que tuvimos mi hermano y yo de última generación. La obtuvimos el mes de diciembre del año en que salió, 2004, a solo un par de semanas de su fecha de salida en Norteamérica. En esos tiempos, comprábamos a revista "Club Nintendo" de manera religiosa cada mes. A veces mi hermano, a veces yo, pero siempre estaba un ejemplar en casa a pesar de que en ese entonces no teníamos consola alguna de Nintendo, en realidad teníamos un PS1. Supongo que finalmente y luego de meses, nuestros padres se apiadaron de nosotros.

En un viaje a Monterrey visitamos una pulga. Jamás habíamos visitado una hasta ese día, pero nos habían platicado ya de ellas, que eran lugares donde podías conseguir de todo, barato y casi al momento de su salida al público, también nos la habían descrito como "un mercadito, pero en grande y de que abre todos los días", así que con esa descripción no sabíamos que esperar realmente, pero la imagen en la vida real resultó muy acertada. Al llegar mi padre y luego de estacionar el Atos rojo dificultosamente entre estrechos corredores creados por los espacios dejados de autos mal estacionados, bajamos a la Pulga Mitras. Efectivamente, eran puestos que rozaban entre lo formal de una tienda departamental, hasta lo decadente o pintorezco de un mercado informal. "Playesábanas pimp" de Bugs Bunny y compañía, bolsos, juguetes, cosas usadas, cosas nuevas.

Un puesto de videojuegos resaltó entre los demás. Una vitrina rectangular de cristal, tan alta como una columna, dejaba ver filas de juegos de GameBoy Advance, Color y Nintendo 64. Perdidos entre los colores de los cartuchos y sus portadas, no nos dimos cuenta de la compra de mi padre, y solo vimos de manera rápida como guardaba la caja de la consola en una bolsa de color negro opaco. Nos fuimos. Hasta ahora es fecha que no sé como diablos le hizo el viejo para preguntar y dar por él, pero su iniciativa jamás será olvidada, claro está.

El camino de regreso a casa de mi abuela se hizo eterno y de pronto las avenidas parecían tener el doble de longitud, el triple de tráfico y todo semáforo parecía tener un solo color, rojo. Sabíamos que era, que estaba en la bolsa negra, pero no lo podíamos creer. Era extraño, porque nada mágico en Monterrey parecía suceder nunca en la vida y de pronto en un día más de inicios de diciembre, mi hermano y yo estábamos a punto de tener la consola de última generación. En el sillón reposamos la caja y la vimos por un instante en silencio. Nada ceremoniosamente abrimos la caja.
- Es su regalo, ya pueden abrirlo.-dijo mi padre.- ¡feliz Navidad!
Abrazamos a nuestro padre. Examinamos el manual de instrucciones, seguridad, póliza de garantía, y un pequeño cartucho delgado como nunca habíamos visto antes, "Metroid Primer: Hunters [First Hunt]" decía.

Al iniciarla, la consola podía personalizarse hasta cierta extensión. Decidimos un nombre en común, Smash! (nombre el cual en un futuro también compartiría con un 3DS original negro), y el color del menú se eligió en azul oscuro. Calibramos la pantalla táctil con la plumilla. Luego de eso comenzamos a hurgar entre el software pre-instalado y demás opciones de personalización. Llegamos a Pictochat y simplemente comenzamos a dibujar... dibujar y dibujar. Las imágenes no se guardaban, nos dimos cuenta luego de hacer una prueba de juego con el cartucho demo de Metroid, pero la magia de una pantalla táctil para esa época era suficiente. Dibujamos por días.


***

Estaba limpiando mi cuarto, recogiendo. El polvo se estaba yendo, las pelusas barridas llenaban el recogedor mientras el bote de basura ya no tenía capacidad para más. La colección de juegos la había reacomodado, consola y franquicia. Observé Pokémon Soul Silver, y lo probé en mi 2DS azul cristal. Jugué un rato. Pasé a otro juego. Final Fantasy III. Luego a Kirby Super Star Ultra, Advance Wars: Dual Strike. Se fue otro rato. Llegué a Mario Party DS, y de ahí pasé otros. Tomé Mario Kart DS. Es mi favorito por muchas razones, pero dentro de las objetivas se encuentran los retos de manejo, la creatividad y cantidad de pistas, la capacidad de jugar con varios jugadores con una sola tarjeta de juego, el primer juego de la serie con opción a juego en línea y sin olvidar que es el juego el cual le dio el aspecto actual a la franquicia. Una soplada a la entrada de cartuchos. Sin respuesta. Una segunda soplada al polvo, limpieza con hisopo y un pase de aire comprimido. Aún sin señal.

Tomé asiento y puse el 2DS sobre el escritorio y retiré el cartucho poniendo otro en su lugar, lo examiné un poco. La etiqueta ya se encontraba algo opaca. Revisé en mi computadora. El juego había salido en 2005 y yo lo tenía, según recuerdo, de al menos año de lanzamiento en GameStop.
- Con mi empleo podría pagarme otro, realmente. Quizás con suerte hasta nuevo, jamás abierto del empaque. Volver a jugarlo, desbloquear de nuevo todas las pistas, los retos y sus jefes.
Lo observé un poco más, sostenido entre mis dedos y sentí, y sabía, que no sería lo mismo. De entrada, no sería el mismo cartucho. No sería el mismo juego por el cual yo había ahorrado por meses con el poco (o mucho) dinero que me daban mis padres cada semana. No sería en la misma consola. Es más, podría salir a comprarlo ahora mismo si quisiera. Esencialmente, no, no iba a ser lo mismo.

Guardé el juego en su caja y puse las basuras, polvos y pelusas en su lugar. Me fui a dormir.

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